El hecho ocurrió entre las 10 de la mañana y las 14 de la tarde del domingo pasado en un lujoso barrio de la localidad de Adrogué, según confirmaron vecinos y fuentes policiales. Verónica Lastra y Pedro "Pepe" Cena fueron sorprendidos in fraganti por la Policía Bonaerense mientras trataban de ocultar las pruebas de una manera insólita, planeaban comerse al difunto. A pesar del ridículo esfuerzo por tapar su accionar, la pareja, que lleva 5 años de casados, no dudó en confesar este y otro centenar asesinatos y torturas similares. La perlita del asunto: el matrimonio podría ser absuelto, para el horror de los vecinos.
Juana Verde, vecina de junto de los asesinos, fue quién llamó al 911 y sorprendió con lujo de detalles. Su relato es desgarrador: "Ví como entraban el cadáver a la casa como si nada, sin ocultarlo, pero era domingo y no había nadie en la casa. Pensé que lo iban a ocultar, así que decidí espiarlos antes de llamar a la policía." La valiente vecina, quien narra con lágrimas en sus ojos, cuenta que recibe tratamiento psicológico desde el hecho ya que no puede dormir por las noches al recordar las torturas en su cabeza. De todas formas insistimos para que nos cuente la verdad, y lo hizo: "Desde arriba de la medianera veía como sumergían en agua el cadáver y lo zamarreaban. Hablaban con toda naturalidad, como si no estuviesen haciendo nada malo. Luego sacaron un cuchillo y lo comenzaron a mutilar, creo que era masculino. Luego le ponían jugos y verduras. Era claro que estaban haciendo cosas, como se dicen? macumba! eso es!(sic). No lo puedo jurar pero vi que le tiraron pimienta en un momento. En ese momento rompí en llanto. No podía parar de llorar ni de mirar, fue monstruoso."
Con las agallas de un pirata castrado Juana corrió al teléfono e hizo la denuncia. La policía se hizo presente a la hora del llamado aproximadamente, pero mientras estaba en camino Juana descubrió otra terrible atrocidad, el matrimonio de Adrogué pretendía calcinar el cuerpo. "Mientras lloraba ví como ponían al cadáver en el horno. Cada tanto le agregaban algún líquido" cuenta Juana entre sopladas de nariz y llanto "y para colmo justo antes de que llegue la policía condecoraron al cadáver ya rostizado con elementos de magia negra como vino blanco, pimientos y sal."
LA VÍCTIMA Y LA CONDENA
La víctima no pudo ser reconocida oficialmente por la policía, pero allegados de quien podría tratarse aseguran que es nada más y nada menos que "El Pollo" Chiqui, el simpaticón de Granja del Ocaso. El padre del chico, en estado de shock y severa depresión le comentó a la redacción de Te Verde sólo unas pocas palabras: "Kikiriki, kikiriki... Kii ki ki kiiii kiiiii... kikiriki kikiriki". Lo que más enfurece a este ser de plumas en pecho es la posibilidad que existe de que los agresores queden en libertad.
El matrimonio de asesinos podría no pasar ni un día detenido ya que alegó en su defensa que todas sus víctimas insitaron a la pareja a matarlos ya que "eran muy ricos" y "a veces, nos salían deliciosos." El Comisario de la 1485va de Adrogué concordó, para la sorpresa de todos, con el matrimonio: "No hay nada que hacerle, yo mismo corroboré que el pollito estaba diez puntos. En la privacidad del hogar estos son casos muy comunes y la Constitución de la Nación lo deja bien claro en un artículo cuyo nro no me acuerdo, pero que dice algo así como que si está bien bueno da comerlo. Ahora retirense porque estoy ocupado." Con estas palabras y un pedazo de perejil en el diente, quizás producto de laguna que otra ensalada, el Comisario nos cerró la puerta de su despacho. Fiel prueba del fallido sistema de justicia que tenemos.
LAS TORTURAS UNA POR UNA
La pareja asegura haber utilizado una técina bastante sencilla pero eficiente de consumar sus crímenes. Te Verde tuvo acceso a un documento único, los asesinos poseían en su computadora personal un archivo de imagen que detalla paso a paso como realizaban el sangriento ritual, con fotos shockeantes y todo. Gente impresionable, por su propio bien, abstenerse.
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